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domingo, 25 de diciembre de 2016

  • -       ¡-An-nyeong-ha-se-yo! ¡Mi nombre es Kim! – dijo una chica de cabello corto, usando una polera marrón con un dibujo oriental estampado, y una sonrisa peculiar
  • -       Oh… hola… ¿Qué dijiste antes? – respondió una chica de cabello largo color marrón oscuro y una mochila morada, usando una extraña cadena con forma de paleta

Es la historia del nacimiento de una de las amistades más fuertes que existe en el universo de Cielo de Almas: Kay Pacha, momento de relatar la unión, el comienzo de la amistad y la decadencia hasta su batalla final. No es una historia aparte, es la continuación, versión recuerdos en 3 capítulos especiales ¡kamsahamnida!



Un día del 2012, comenzando el verano

Una chica de cabello corto y que usa una camisa de cuadros azules y rojos corre desesperadamente para alcanzar su bus, es el primer día de clases y no sabe cómo llegar a su universidad; decide tomar cualquier carro que diga Miraflores y sube inmediatamente, aunque el bus va lleno de personas, ella no le incomoda y se posiciona al final, pues cree que quien va al final no paga pasaje, y sale deprisa sin que lo noten.

Mientras recorre el camino hacia Miraflores, algún punto en específico, recuerda los momentos que vivió en la escuela, sus compañeros y amigos que hizo ahora ya no estaban con ella, ingresaba a una nueva vida de retos, aprendizajes, nuevos amigos y… ¡Demonios! El bus se malogró en la avenida Arequipa, justo a una cuadra del Parque Kennedy.

Mira su reloj con la mascota de Disney impresa en ella, ya son la una en punto de la tarde, se matriculo tarde pues no pudo llegar a tiempo para inscribirse en la mañana, decide ingeniárselas para llegar temprano a su primer día de clases, y toma la decisión de subir a cualquier carro que vaya a la Avenida Santa Cruz; lamentablemente al ser primeriza en ir a ese lugar le cobran un sol cincuenta, insulta al cobrador de manera silenciosa, y en coreano, un idioma que le gusta bastante.

Baja en el paradero y observa por primera vez su nuevo lugar de estudios superiores, una facultad pequeña, de una universidad sin tantos reconocimientos, y lo que es importante para ella… ¡Esta cerca a la playa de Miraflores! Podría bajar con sus nuevos amigos y disfrutar del paisaje del gran mar antes de clases o después, aunque acabarían de noche y estarían cansado, de todas formas, eso no le quitaba las ganas de seguir adelante.

  • -       ¡Quítate de mi camino! – dijo una chica usando bicicleta que se tropezó con Kim
  • -       ¡Ah! – gritó Kim antes de ser impactada por esta chica que repentinamente apareció por detrás suyo
  • -       ¿Estás bien? Oye chica no deberías ir caminando sin fijarte por donde ir – dijo la chica de la bicicleta y casaca negra
  • -       Si… pero oye, ¿Por qué vas por la vereda? ¡Se supone que las bicis deben ir por la pista! – respondió Kim furiosa sin saber qué hora era exactamente
  • -       Lo siento chica, hehe, parece que no medí mis… ¡Oh mierda! ¡Me voy! Llego tarde a la primera clase de la universidad
  • -       ¿En serio? ¡Yo también estudio en la misma universidad! ¡Y también es mi primer día! Soy Kim por cierto
  • -       ¿Kim? Nunca había oído un nombre así, bueno, yo soy Maritza, ahora ¡Demonios se nos hizo tarde!

Mi primer día de clases y ya llegaba tarde, al menos ya estaba con alguien conocida que estaría en mi salón a partir de ahora. Una chica bajita de casaca oscura llamada Maritza parecía ser una buena chica, si utilizaba una bicicleta para andar a todos lados, creo que puedo confiar en ella. Al ingresar al salón pudimos observar que estaba repleto, todas las carpetas repletas de estudiantes de diferentes géneros, digo, tanto hombres y mujeres con diferentes ropas… ¿Esto es la universidad? Rayos… siento pánico.

El profesor que dictaba la clase de redacción básica, nos hizo pasar el roche de nuestras vidas, pues para ingresar debíamos de ver un texto que estaba proyectado en la pizarra, y verificar si estaba bien escrito o tenia errores de cualquier tipo. Al no poder bien, pues usaba anteojos, no supe que decía exactamente, mientras Maritza trataba de explicar lo que podía entender. Yo no podía hacer eso, mi primera vez en una universidad y ya daba esta demostración… demonios, ¡Demonios!

  • -       Profesor, ¿Puedo ayudar a mis compañeras? – una chica levantó su brazo derecho para poder contestar
  • -       Claro, pero si contestas mal, ellas pasaran y tú te quedarás afuera ¿Bien?
  • -       Si profesor

La chica contestó afirmativamente y muy correcto, levantándose para señalar algunos errores ortográficos, mientras nosotras nos quedábamos sorprendidas por su valor y el querer ayudarnos ¿Por qué? Al sentarse el profesor le pidió su nombre, ella amablemente asintió y dijo su nombre “Milagros Celeste Rocuba Sánchez”, en serio, gracias por la ayuda, pero… ¡Me dejaste como una tarada! ¡No te lo perdonaré!

Nos sentamos cerca de ella, y empezaron los trabajos grupales, los primeros trabajos grupales en la universidad, todos en grupo de cinco y que al parecer ya varios se conocían, pues asistieron a la academia pre universitaria de la universidad, y yo ingresé con el examen típico, sin conocer a nadie… ¿Qué hago? Solo conocía a Maritza, y eso fue por pura suerte, pero ahora…

  • -       ¿Hacemos grupo? Soy Milagros, aunque creo que me conocen ¿No? – era la chica inteligente de antes, usando ese extraño collar con forma de paleta
  • -       ¡Por supuesto! Gracias Milagros, somos nuevas, bueno, en realidad todos somos nuevos, y pues ahora juntarnos será buena idea chica, digo Milagros, ella es Kim – comenzó hablando la chica pequeña
  • -       Yo soy… Kim, nos vimos en el día de la matrícula, si… eso sin dudar, ¿Y pues que hay que hacer?
  • -       Primero, debemos juntar a dos más a nuestro grupo, debemos ser cinco para poder hacer la tarea, vamos chicas veamos a quien podemos unir
  • -       ¿A ellos dos? Digo, parecen una pareja, quizás nos puedan ayudar

En la esquina derecha del salón, dos chicos parecían hacer su trabajo solos, sin importarles el resto, y parecían estar excluidos de los demás grupos. Extrañamente los observaba con rareza y timidez, era como… sentirse yo misma, si fuesen yo cuando ingresaron al salón por primera vez. Maritza, quien parecía ser amiguera, no dudo en llamarlos para que se unieran a nuestro grupo, cosa que ambos, una chica y un chico, aceptaron de inmediato y sus rostros se encendieron de alegría.

  • -       Mi nombre es Ángelo… y pues hagamos grupo ¿No Daysi?
  • -       Si, bueno ya les dijo mi nombre, soy Daysi y ustedes… ¿Son?
  • -       ¡Bien comenzamos a hacer el trabajo! – dijo entusiasmada Maritza
  • -       Por supuesto, pero antes deberíamos dividirnos el trabajo para poder organizar nuestras ideas y sacar la conclusión entre todos ¿Les parece?
  • -       No hay problema… aunque ¿Alguien tendrá una hoja que me preste? Salí muy deprisa de casa que olvidé mi cuaderno - ¿Cómo se me ocurre decir eso en mi primera presentación?
  • -       Claro Kim, bonito nombre, me hace recordar a una banda coreana que me gusta demasiado – contestó Daysi entregándome una hoja de su cuaderno de muchos colores
  • -       ¿EN SERIO? – dije casi gritando de emoción, sin recordar que estaba en un salón de clases – Ups… hehe mi error ¿Qué banda es?

Y de esa forma pudimos empezar bien todas las clases, luego tocó computación básica, y para finalizar la tarde, teatro, para suponer, teatro básico, todo con básico, como si realmente no pudiésemos pasar de eso o no conociesen otra palabra. Nos despedimos de todos, Ángelo y Daysi se fueron juntos en plan de amistad hacia la Vía Expresa, mientras Maritza usaba su bicicleta para irse rumbo a la avenida Ejercito.

Solo quedábamos en el paradero Milagros y yo, ella se iba rumbo a Lurín, a cual respondí con un ¡¿Qué?! Por lo sorprendentemente lejos que se encontraba ese lugar, mientras yo esperaba un carro similar, pero con dirección hacia La Victoria, donde vivía con mis padres y mis hermanas. Aunque al principio no me caía muy bien, ahora… seguía sin caerme tan bien como esperaba.

Me hablaba mientras caminábamos al parque Kennedy, sobre su familia, su vida y lo que esperaba ser cuando terminara la carrera, yo en cambio, le contaba sobre mis gustos y lo que hacía en mis ratos libres. Aunque lo habíamos hablado en clases pues eran los primeros momentos de conocernos y eso bastaba para la clase, decidí presentarme nuevamente, y lograr sentir algo que no había sentido desde el colegio… ¿Una coincidencia de caracteres?

Nos despedimos y prometimos hacer el siguiente trabajo juntos, aunque no me gustase mucho la idea, pues tuve que mentir para no perder esa oportunidad de trabajo con una chica demasiado inteligente, quizás podría hasta utilizarla para mis viles planes, hahaha, no, creo que era muy buena compañera, pero parecería extraño hacer una coincidencia demasiado pronto, ahora debo partir a mi casa… aunque, siento una rara sensación en estos momentos, debe ser el frio del verano, total, estamos cerca del mar, ¡Ya se va mi carro! ¡Otra vez!

Una figura extraña aparecía en el último piso del centro de ropa llamado “Saga Falabella”, quien observaba detenidamente a Kim, ¿Un peligro nuevo? ¿Quién la está mirando de lejos?



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